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02/04/08. Aragua. A FAN abrió averiguación interna. La Inspectoría de la Aviación tiene los reportes escritos de ocho alistadas que acusaron a sus superiores de la Escuela de Tropas de Maracay Un grupo de ocho soldadas de la Escuela de Tropas Aeronáuticas de la Aviación, en Maracay, redactó informes en los que señala a superiores de la unidad por la supuesta comisión de actos de acoso sexual. Las mujeres remitieron entre noviembre y diciembre pasado los documentos a oficiales de la escuela y la Inspectoría General de la Aviación, instancia encargada de velar por la disciplina en ese componente de la Fuerza Armada Nacional. La soldada Denireth Vicierra Martínez, quien fue dada de baja en octubre de 2007, presentó ante el Ministerio Público una denuncia contra el coronel José Gregorio Martín Rincones, comandante de la unidad, por la supuesta violación de disposiciones contenidas en la Ley Orgánica del Derecho a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. Las alistadas –cuyas identidades se mantienen en reserva– formularon testimonios semejantes a los que Vicierra consignó, y señalaron también a un teniente y a un sargento por acoso. Una de las afectadas, en un documento que está en manos de las autoridades, relató que los dos militares, en momentos distintos, intentaron forzarla a tener relaciones sexuales. En ambos casos la llevaron a habitaciones vacías y le intentaron quitar los pantalones. «Todo lo antes mencionado me tiene muy mal porque esta situación me hace sentir que en mi condición de mujer mi reputación está por el suelo. Me siento atada, sin poder hacer nada al respecto. Estoy muy triste y desmoralizada porque me vine para acá por propia voluntad, con la única ilusión de seguir hacia delante y entrar a una escuela para llegar a ser una futura profesional, no para que me estuvieran acosando de esta manera». La víctima, de acuerdo con otros informes de la FAN, desertó luego de estos sucesos. Protegidas por la Inspectoría. Las denunciantes todavía estudian en la Escuela de Tropas Aeronáuticas aunque están a las órdenes de la Inspectoría General de la Aviación para evitar que sean víctimas de represalias. Los testimonios que ofrecieron por escrito tienen puntos de coincidencia. Declaran que los superiores se valieron de la jerarquía militar y de la atribución de dar órdenes para obligarlas a actuar en contra de su consentimiento. También se mencionan propuestas de relaciones sexuales, asedio en las instalaciones de la unidad, y el uso de un lenguaje contrario al decoro militar por parte de los superiores de la escuela. «Y no sólo a mí, sino también a algunas de mis compañeras las acosaba. Como no le hacía caso, cada vez que me veía me ponía a hacer movimientos físicos… Siempre me sacaba de la formación y decía cosas asquerosas, eso me ponía mal», escribió una de las agraviadas respecto al sargento denunciado. Sobre el teniente, otra militar señaló: «Fuimos a su oficina con la excusa de que tenía frío; luego le dije que debíamos irnos ya que el puesto de guardia estaba con unos oficiales nuevos y él dijo que tenía razón, que debíamos irnos. Me pidió que le pasara una gorra y cuando volteé para dársela estaba detrás de mí y empezó a abrazarme y decirme que no me preocupara que nadie nos iba a ver». Fuente: David Gonzalez, El Nacional

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