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Al militar lo tienen en un pequeño espacio donde solo hay una rendija y pasa las 24 horas vigilado por cámaras de seguridad. 

Fuente:Efecto Cocuyo

Teniente coronel del Ejército Igbert Marín Chaparro

En una celda de dos por dos metros está recluido el teniente coronel Igbert Marín Chaparro, en la sede de la Dirección de Contrainteligencia Militar (Dgcim), en Boleíta, al este de Caracas. Al militar lo tienen en un pequeño espacio donde solo hay una rendija y pasa las 24 horas vigilado por cámaras de seguridad.

Stefanía Migliorini, abogada del preso político, en una entrevista realizada por Efecto Cocuyo, informó que la celda donde está recluido Marín Chaparro, queda en la zona llamada Casa de los Sueños, y la rendija de ventilación que tiene la misma, da con el estacionamiento de la sede castrense.

“Todo el smog se le mete dentro de su celda”, declara la abogada.

La defensa del funcionario castrense denuncia que las llamadas telefónicas son controladas y que las condiciones de reclusión no son adecuadas en este centro.

Marín Chaparro ha realizado dos huelgas de hambre en los cuatro años y 11 meses que tiene detenido. La protesta más reciente la realizó hasta el pasado 28 de enero; el militar levantó la huelga después de pasar 67 días sin comer.

Proceso judicial

Igbert Marín Chaparro fue apresado el 2 de marzo de 2018, junto a otros oficiales en su mayoría comandantes de diferentes batallones del Ejército, acusados de conspirar contra el gobierno de Nicolás Maduro. Fue imputado por instigación a la rebelión, con una condena de siete años de cárcel.

La defensa apeló a la decisión del tribunal y el proceso judicial se encuentra en la etapa de casación.

“Nos fuimos a una audiencia en la Corte de Apelaciones, donde esta ratifica la sentencia de juicio y nosotros apelamos esa decisión y actualmente estamos en casación, ejercimos el recurso de casación y esperamos el trámite, no sabemos si fue admitido o no”, afirma. A pesar de que el tribunal ordenó como sitio de reclusión la cárcel militar de Ramo Verde, en el estado Miranda, en la Dgcim no han permitido que al funcionario castrense se le traslade de prisión.

Una de las exigencias que hace Marín Chaparro es que sea llevado a la cárcel militar de Ramo Verde.

“La Dgcim no ha acatado la orden, se han hecho reiteradas solicitudes para que el tribunal vuelva a ratificar la solicitud de cambio de centro de reclusión pero no da respuesta, o da respuestas negativas, como que por ejemplo ahorita hay hacinamiento en Ramo Verde, o le echaban la culpa al COVID19, buscan cualquier excusa para negarle el traslado a Ramo Verde”, explica la jurista.

Su estado de salud

Migliorini señala que Marín Chaparro no ha sido evaluado por médicos de su confianza, sino de galenos del Hospital Militar Dr. Carlos Arvelo, quienes lo fueron a chequear mientras este mantenía la huelga de hambre.

Explica que su representado padece de asma desde la infancia y en dos oportunidades resultó positivo para COVID-19. Agrega que sus problemas respiratorios se complican con la entrada del esmog por la ventanilla de la celda donde se encuentra detenido.

Marín Chaparro también sufre de hipertensión arterial y no ha tenido control adecuado para tratar esa patología.

Recientemente el militar no ha sido sometido a torturas ni daños físicos, pero sí a tratos crueles, inhumanos y degradantes, porque los funcionarios de la Dgcim le impiden hacer actividades y lo mantienen encerrado.

“Lo que hace es puro leer, no tienen actividades, no tienen distracción, y el hecho de estar privado de libertad siendo inocente y en ese centro de reclusión es un daño psicológico total”, asegura la defensora.

Los motivos por los cuales levantó la huelga

Una de las exigencias hechas por el militar era que representantes del Ministerio Público y de la Defensoría del Pueblo fueran hasta la Dgcim a entrevistarse con todos los privados de libertad, para que los escucharan sobre las violaciones de derechos humanos a los que son sometidos.

“Tengo entendido que la defensoría pública fue y allí fue que levantó la huelga de hambre, porque llegaron a acuerdo con él, lo dejaron hacer sus actividades deportivas”, asegura Migliorini.

Marín Chaparro recibe la visita de sus familiares cada 15 días y las mismas tienen una duración de dos horas.

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