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08/04/08 Nazaret. Simulacro Nacional. Unas maniobras nacionales prueban los dispositivos de protección de la población.Lo que un día fue un Tribunal de Justicia en la ciudad de Nazaret Illit, al norte de Israel, hoy es un edificio destruido. Los misiles han provocado su espectacular desplome y las víctimas se amontonan entre las ruinas. El sonido de las sirenas no ha cesado de advertir la caída de más proyectiles, mientras que el equipo de rescate de Protección Civil se alista para actuar. Cada segundo es valioso para las decenas de heridos. La situación de la retaguardia en el norte de Israel es seguida de cerca en el búnker de la sede del Ministerio de Defensa, en Tel Aviv. Mientras observan como los perros de la Unidad Especial de Rescate y Auxilio ayudan a localizar cadáveres y heridos en Nazaret Illit, la cúpula militar es informada sobre la caída de un misil iraní Shihab en la central petroquímica de Haifa. El responsable de Defensa, Ehud Barak, se lo comunica al primer ministro israelí, Ehud Olmert, quien, en pocos minutos, deberá decidir la respuesta. Esto es lo que ha sucedido este martes en Israel, durante el simulacro de mayor envergadura que ha realizado en su historia. Se trata de unas maniobras destinadas a comprobar todos los dispositivos y sistemas de protección de la población civil. Estos «juegos de guerra» comenzaron el pasado 6 de abril con la «declaración» de Olmert a sus ministros: «Ha estallado la guerra». Y, durante toda la semana, el Ejército, la Policía, los ministerios, ayuntamientos, consejos regionales y colegios, actuarán de forma integral en un entrenamiento general con escenarios de una guerra convencional o no, ataques sorpresa o catástrofes naturales. La Autoridad Nacional de Emergencia (Rajel) es la encargada de coordinar estas maniobras. El organismo fue creado hace unos meses como consecuencia de las decenas de investigaciones sobre los errores en la guerra del Líbano, en el verano de 2006. Al margen de las controvertidas decisiones políticas y militares de dicha guerra, las investigaciones desnudaron la situación que vivió la retaguardia, con muchos refugios en deplorables condiciones y centenares de miles de personas sin saber adónde y a quién recurrir. El director de Operaciones de la Policía se ha mostrado satisfecho con el ejercicio. «Estamos comprobando que hay errores y ciertas dificultades pero para eso nos entrenamos. El objetivo es no tener estos fallos en una guerra real». Estos días, según el guión oficial, Israel está siendo atacada simultáneamente por Irán, Siria, el grupo chií libanés Hizbula y el movimiento palestino Hamas. Al Estado Mayor del Ejército, encabezado por Gabi Ashkenazy, llegan los últimos datos: en las primeras 48 horas de esta «crisis nacional», ya han muerto 100 israelíes. Cuestión de segundos A las 10 de la mañana, el ulular de sirenas se ha escuchado en casi todos los rincones del país. Aunque los ciudadanos ya estaban avisados, centenares de israelíes se han quejado de no haber escuchado la alarma. «Hemos tomado notado y arreglaremos los dispositivos que están estropeados», han dicho desde Rajel. 09.50. Diez minutos antes de activarse las sirenas, Alia, profesora del colegio ORT del barrio Malja, explica a sus alumnos lo que deben hacer cuando escuchen el ulular. Muchos estudiantes se lo toman a broma y, sobre todo, supone una bienvenida interrupción de las clases. Se nota que es un simulacro. No para Uriel, un argentino de 14 años que lleva pocos meses en Israel. Para él, todo esto es nuevo e inquietante. «En Argentina nunca he hecho este tipo de simulacros pero allí no estamos rodeados de enemigos. Tengo miedo pero estas maniobras me ayudan por si, algún día, caen misiles», dice en el patio del colegio. 10.00. La alarma se escucha en todas las clases de la escuela. Los niños se tiran al suelo, se colocan bajo los pupitres y se cubren la cabeza. Dos minutos después, salen hacia los refugios subterráneos, observados por la directora y el responsable de Protección Civil. Los estudiantes mayores, de unos 16 años, indican a los más pequeños adónde ir. Los profesores, en su mayoría mujeres, no se salvan de sus instrucciones. En diez minutos todos están en los refugios. En teoria, ya han caído los misiles y los equipos de rescate empiezan a llegar con sus escaleras y llamativos uniformes. Desde los refugios, los centenares de alumnos salen por las ventanas de forma ordenada, aunque para la directora «hacen demasiado jaleo y desorden». Uriel ya está más tranquilo y se dirige al campo de fútbol de la escuela. «Ya sabes, como argentino que soy, mi sueño es ser jugador profesional. Esté donde esté», dice sonriendo. Habla de su ídolo, Leo Messi, mientras los profesores hacen balance del ejercicio: «Sí, pero cuando sea real, habrá más pánico y seguramente no será tan positivo como hoy», dice Orly, la profesora encargada de la seguridad del colegio. En un canal de televisión, Protección Civil transmite sus mensajes. «Si vives en un último piso, busca refugio en un piso inferior o en un hueco de la escalera. Si no, busca la zona menos expuesta. Mantened la calma», repite el locutor Gadi Sukenik. Muchos han criticado el uso de la sirena en un simulacro. «Sólo sirve para provocar más pánico y ansiedad. No tenemos necesidad de escuchar la sirena. Esperaremos con paciencia a lo de verdad, la cosa auténtica», escribe un columnista israelí. Fuente: El Mundo.es. Sal Emergui

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