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Fuente: La Prensa de Lara

La situación económica del país afecta a toda la estructura de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Aunque un pequeño grupo reciba privilegios, no son más que eso, apenas un número reducido de quienes tienen acceso por razones de cargo, más que de rango, a los beneficios que de su ubicación laboral o de comando tengan.

Crédito La Prensa de Lara

Lo que alguna vez significó un gran atractivo para entrar a la institución armada, se ha perdido con el tiempo y la crisis. Es por ello que una de las razones más fuertes para desertar, son los bajos salarios. No importa cuántos aumentos se hayan dado en los últimos años, porque la brutal inflación se come el salario. No hay manera que con lo que gana un militar pueda cubrir la canasta básica.

Revisando el tabulador del salario de un General de División, observamos que llega a 177.774 bolívares (10 dólares), que con los descuentos le queda en 145 mil (8 dólares). Si le suma lo depositado por la Caja de Ahorro pues termina recibiendo poco más de 154 mil bolívares, más los bonos. En el caso del general de Brigada su salario es de Bs. 161 mil (USD 9), que con los descuentos se reduce a Bs. 135 mil.

Un coronel gana aproximadamente Bs. 160 mil (USD 9), más un bono compensatorio de unos 55 mil y 25 mil por bono de alimentación. Con los descuentos le queda en cerca de 221 mil.

En el caso de un Primer Teniente, con ocho años de antigüedad, su salario es de 150 mil bolívares (USD 8,5). Un Sargento Mayor de Segunda con 12 años de servicio recibe 120 mil bolívares. Un Sargento Segundo llega a 110 mil bolívares (USD 6,2).

Los salarios tienen pequeñas diferencias de acuerdo a los bonos que les asignan por el cargo que ocupe. Hay que resaltar que en el último día de julio depositaron el llamado bono de lealtad al que llamaron Bono Defensivo Territorial más una Retribución Especial que llegó a ser de unos 57.300 bolívares. A los militares activos les dieron un bono de casi Bs. 200 mil, que no se lo dieron a los oficiales retirados.

Los ingresos varían un poquito en el caso de los militares que reciben primas, por ejemplo aquellos ubicados en frontera.

A los generales que están en Caracas, además de las cajas de CLAP, que reciben todos los militares, les dan una caja de alimentos aparte y más resuelta en cuanto a cantidad y calidad, que la del CLAP.

Un número importante del generalato y almirantazgo, a excepto de aquellos que están comandando, depende de las dádivas de sus subalternos o de amigos que los financian para sobrevivir.

Anteriormente, cuando un miembro del generalato o almirantazgo se iba de la Fuerza Armada, ya cumplido su tiempo de servicio activo, le daban un vehículo Toyota cero kilómetros. El oficial pasaba a disfrutar de su retiro.

Algunos montaban empresas, se iban a sus fincas o sencillamente se dedicaban a disfrutar de sus familias.

El alto oficial ahora no sale ni con una patineta en mano, tampoco con un sueldo que le permita vivir ni mantener a su familia. La única certeza que tiene es que debe dedicarse a trabajar en cualquier cosa si quiere sobrevivir.

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