Bogota. Ingrid Betancourt quiere hacer feliz a los suyos. La ex candidata y ex rehén señala que es imposible contar lo que vivió sin poner la palabra milagro al lado. Con apenas horas en libertad, la ex candidata presidencial y ex rehén de las FARC, Ingrid Betancourt habló de los duros momentos que vivió en la selva y recalcó que su plan más inmediato es hacer feliz a su familia. –¿Cómo se siente, cómo está de salud? –Estoy bien de salud gracias a Dios, veo a todos los que dejé hace siete años como me deben ver ellos a mí. Todos están bellos, con mucha energía interna, con esa luz, con ese amor, veo mucho amor a mi alrededor. Es como una inmensa felicidad, me siento muy amada, en un estado de salud en el cual quiero estar toda mi vida. –Con tanto tiempo libre ¿usted hizo algunos proyectos cuando llegara a la libertad? –Sí, tengo muchos, quiero hacer unas cosas que resultan incompatibles con otras, pero he tomado la decisión de que quiero estar con mi familia. Cuando me secuestraron tomé sola la decisión de irme para el Caguán y creo que les debo a ellos, a mis niños, a mi mamá, a mi esposo, quiero compartir con ellos la decisión de mi vida. No quiero adelantarme a decir nada. Por el momento quiero hacer feliz a mi familia. Más allá de eso tengo proyectos que incluyen a mis hijos y a mi mamá. –¿Cuál fue el momento en que llegó a dudar o perdió la fe estando cautiva? –Tuve dos momentos. El primero cuando supe que mi papá había muerto, esto desencadenó un año de tortura. La partida de mi padre fue muy difícil para mí. El segundo fue entre agosto y diciembre del año pasado cuando estuve muy enferma, eso me hizo pensar que había llegado la hora, estaba muy sola. Tuve la bendición de la Virgen y de Jesús. También me pusieron a un enfermero del Ejército, William Pérez, que se dedicó a sacarme adelante. Ese momento fue para mí terrible, pero al mismo tiempo me fortaleció. Fue como una tabla rasa, pude mirar mi pasado. Me preparé para encontrarme con Dios, con mi papá en el cielo. Sentí que había vivido bien, que mi familia no tenía por qué sentirse mal, que habíamos vivido cosas muy hermosas. Habíamos vivido muy felices, lo único que podía era agradecerle a Dios y eso era lo que me daba más fortaleza. –El mundo conoció una foto suya que era prueba de supervivencia ¿Usted qué estaba sintiendo cuando tomaron esa foto? –Escribí unas cartas por esos días que llegaron a manos de mi mamá. Estaba mintiendo en lo que escribí porque las condiciones del secuestro eran muy duras, en particular la guerrilla se ensañó conmigo. El trato era cruel y humillante. Todo era muy difícil, algo que quiero dejar atrás. No tengo rencor contra nadie, perdono a todos sobre todo al ex comandante que estaba conmigo y que fue capturado. Que Dios lo bendiga y lo guarde. Adicionalmente me separaron del grupo, quedé en un grupo con el que no tenía afinidad. Tenía un sentimiento de estar derrotada, hasta que entendí que si era lo que Dios quería yo lo tenía que aceptar y a partir de ahí, al aceptar la muerte comencé a recuperarme. –¿El hecho de aceptar la muerte, la revivió, le permitió sentir como está hoy? –La salvación es la vía espiritual, siento mucho la presencia de Dios y eso fue lo que me hizo el milagro. Es imposible contar lo que viví sin poner la palabra milagro al lado. Imposible pensar que el operativo pudiera darse con éxito y se dio, esto es extraordinario. Ahí es donde veo la mano de Dios. Chequeo … Ingrid Betancourt sobrevivió su cautiverio en buenas condiciones de salud, según expresó ella misma tras someterse a un chequeo médico en París. Los médicos del hospital militar de Val de Grace la «colmaron de buenas noticias» después de una revisión, declaró Betancourt a la emisora France 3. Se declaró sorprendida por los resultados del chequeo, pero explicó que la fortaleza espiritual ayuda a que el cuerpo resista. Los médicos le recomendaron, a pesar de su buen estado general, que descansara, agregó. Tiene prevista una posible visita al papa Benedicto XVI y es probable que también vaya al centro de peregrinación de Lourdes. Fuente: El Nacional. Mundo/15