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Fuente: Efecto Cocuyo

Mandos militares sin experiencia técnica para asumir el control de Petróleos de Venezuela SA (Pdvsa), disciplina castrense en el trato al personal de la industria y soldados armados con fusiles AK-47 para revisar y prevenir trampas en los cargamentos.

Crédito: Efecto Cocuyo

Según un reporte especial de la agencia Reuters, publicado este 26 de diciembre, la presencia del mayor general (GNB) Manuel Quevado, ha sido un factor más para sumergir a la compañía en su peor crisis desde que fue fundada en la década de 1970 y llevar a una producción de 1,41 millones de barriles de petróleo diarios, según las últimas cifras aportadas por el Gobierno de Nicolás Maduro a la Opep.

Soldados armados con fusiles AK-47, siguiendo órdenes de prevenir trampas en los manifiestos de carga, ahora abordan tanqueros para acompañar las inspecciones, creando temor entre muchos capitanes y tripulantes extranjeros.

Los trabajadores que cometan errores al operar los cada vez más deteriorados equipos de Pdvsa enfrentan el riesgo de ser arrestados bajo acusaciones ​​de sabotaje o corrupción. Asimismo, jefes militares con nexos con el sector privado se disputan con otros contratistas lucrativos, contratos de servicios y negocios de suministro a la compañía.

En un revés poco difundido de la política gubernamental de nacionalización de la industria, que perduró por casi dos décadas, la falta de experiencia entre gerentes militares está llevando a Pdvsa a contratar firmas externas para mantener a flote incluso sus operaciones medulares, como perforar o producir crudo en los campos petroleros, señala Reuters.

Quevedo, que fue ministro con Hugo Chávez y ahora lo es con Nicolás Maduro, es un militar que antes de ser nombrado en el cargo al frente de Pdvsa y el Ministerio de Petróleo, no tenía experiencia alguna con el tema petrolero.

Por eso, según Reuters, trasladó paulatinamente a la principal industria venezolana a parte de su séquito de empleados en anteriores cargos, que tampoco son conocedores del manejo operacional que por años distinguió a la industria.

Combinadas, las acciones de la Fuerza Armada Nacional en Pdvsa dejan a la compañía más importante del país, responsable de más del 90 por ciento de sus ingresos por exportaciones, con cada vez menos vías para reconstruir las finanzas nacionales, pagar a sus numerosos acreedores y recuperar su holgada autosuficiencia como productor de petróleo, dicen veteranos de la industria.

Los militares que dirigen Pdvsa han dejado de lado cualquier pretensión de manejar la compañía como un verdadero negocio, haciendo poco por detener la veloz caída en la producción o aliviar los problemas financieros, operativos y de personal de la petrolera.

Entre los problemas, la petrolera enfrenta dificultades para cumplir sus contratos de suministro a clientes, incluyendo acreedores de China y Rusia que adelantaron miles de millones de dólares al país en la última década a cambio de petróleo.

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