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Fuente: Crónica Uno

En abril de 2013, el presidente Nicolás Maduro aseveró que los oficiales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) debían constituir en el marco de la zona económica militar una poderosa industria, y a lo largo de cuatro años, la FANB ha ampliado su dominio. Petroleras, constructoras, agrícolas, seguros, bancos, empresas y fábricas de ropa, vehículos y cauchos estructuran el conglomerado.

Desde 1956 hasta 1998, la actividad de la Fuerza Armada se centró en la elaboración e importación de municiones y equipos por medio de Cavim, el rol se extendió a la conformación de una aseguradora (Seguros Horizontes) y dos empresas de servicios. Durante la administración del expresidente Hugo Chávez se crearon una constructora y una ensambladora de vehículos blindados, pero en la era Maduro el número creció.

Entre 2013 y 2017 se han constituido 14 compañías militares en áreas clave, con lo cual el poderío económico de la FANB asciende a un total de 20 industrias.

Esa zona económica militar que planteó el Jefe de Estado hace cuatro años dio paso al motor industrial militar donde las empresas de la FANB tienen alianzas y apoyos de privados.

En los lineamientos del Ministerio de la Defensa de 2017, el titular del despacho, Vladimir Padrino López, apunta que es necesario impulsar el motor militar por lo que ordena a las empresas “aumentar su productividad y eficiencia”. Y agrega que “el aparato militar debe disminuir la dependencia de bienes esenciales y plantearse retos de autogestión y abastecimiento al sector militar y al resto de los sectores del país”.

¿Por qué ese poder?

Con Chávez y Maduro, los militares han sido ministros, presidentes de organismos y empresas estatales, y además se han encargado de la administración de los dólares oficiales y de controlar la producción de rubros básicos. Adicional a esos roles, se les ha permitido tener empresas, con lo cual el mandatario otorga beneficios a cambio de lealtad, señalan analistas y chavistas críticos.”

“La presencia de un número muy grande, excesivamente grande, de militares en distintos cargos para los cuales no fueron formados profesionalmente, obedece a que se pretende cambiar la competencia, la formación, la experiencia, por la obediencia ciega”, asevera el exministro de Educación y exmiembro del PSUV, Héctor Navarro.

Al igual que Navarro, Rocío San Miguel, presidenta de la Asociación Civil Control Ciudadano, asegura que la conformación de esas industrias ha sido un incentivo para la lealtad. “Compro lealtades y te permito la gobernabilidad” es para el economista José Manuel Puente la razón de ese tejido.

Frente a una popularidad de 17,4 % a julio de este año, según Datanálisis, el primer mandatario busca mantenerse por diversas vías.

La estructura

El conglomerado militar va desde la fabricación de municiones hasta la elaboración de agua, uniformes y cauchos. Y a 16 de esas 20 compañías, el Ejecutivo este año le destinó de manera inicial más de 1 billón de bolívares.

Este tejido se divide en:

Armamento

Cavim —creada en 1975— se encarga del comercio y fabricación de armamento, municiones, explosivos y otros materiales o equipos. Este año su presupuesto asciende a 183,2 millardos de bolívares.

La elaboración de municiones —según las memorias y cuentas del despacho de la Defensa disponibles hasta 2015— tuvo limitaciones por la falta de insumos y los retrasos en la entrega de divisas, pero pese a las restricciones le dio utilidades al fisco nacional.

Cavim además de armamento, tiene participación en otras empresas militares en las áreas de transporte y ropa.

Transporte

En el sector transporte, la FANB cuenta con dos empresas: Emsoven y Emiltra.

Emsoven conformada en 2008 tiene como accionistas a Cavim y al Centro Nacional de Repotenciación, propiedad del grupo Yammine.

Esta empresa se encarga de producir y comercializar vehículos multipropósito Tiuna, vehículos blindados y convencionales, así como repuestos y accesorios. Hasta 2015 ensambló 1315 vehículos gracias a préstamos del Bandes, sin embargo, tuvo limitaciones con la adecuación de las plantas.

A Emsoven se suma Emiltra creada en 2013 y que este año maneja 1,4 millardos de bolívares. En su directiva, según la información que tenía el Registro Nacional de Contratista, están Vladimir Padrino, ministro y cabeza de la Gran Misión Abastecimiento Soberano; Maribel Parra, vicepresidenta de Pdvsa, entre otros oficiales.

El Gobierno conformó esta compañía para controlar la distribución de rubros básicos, especialmente de los alimentos. En 2013, Carmen Meléndez —para entonces ministra de la Defensa y en cuya gestión se crearon gran parte de las industrias— dijo que “con Emiltra no vamos a depender de nadie, la logística de la Fuerza Armada tiene que mover todo este plan de transformación, crecimiento, fortalecimiento”.

Las autoridades anunciaron en aquel momento que la compañía apoyaría a los ministerios. Las memorias de Defensa y el Sistema de Contratistas muestran que ha llegado a prestar servicios a Pdval, Mercal, Abastos Bicentenarios, Lácteos Los Andes, y hasta a agroindustrias privadas.

Construcción

El dominio de los miliares llega hasta la construcción y producción de insumos.

En 2012 fue conformada Constructora Ipsfa para el desarrollo de obras públicas y viviendas, por ello, remodeló hospitales e instalaciones militares como el Fuerte Mara y el Fuerte Paramacay.

En 2013 fue constituida Constructora FANB para también ejecutar obras y casas, y al igual que la anterior empresa, ha remodelado instalaciones militares y proyectos de entes oficiales. A la cabeza de Constructora FANB se encuentra Juan García Toussaint, el actual ministro de Transporte, quien también dirige Cancorfanb.

Cancorfanb es la cantera que fue creada en 2014. Se encarga de la explotación de piedra y arena para la venta de agregados. De su gestión no hay destalles en las memorias de Defensa.

A estas tres empresas la administración de Nicolás Maduro les asignó en 2017 más de 6 millardos de bolívares.

Pero en el área de la construcción, el control militar se extiende hasta la distribución de cemento. Actualmente, las cementeras estatales dan la prioridad en el despacho de ese insumo a las empresas militares, señalan fuentes del sector construcción, quienes añaden que las compañías llevan sus unidades de transporte y de manera inmediata se les asigna el cemento. Después de que se atiende a los oficiales es que el resto de las constructoras puede adquirir el material.

Petróleo

El poderío militar se amplía en el sector petrolero con la Compañía Anónima Militar de Industrias Mineras, Petrolíferas y de Gas (Camimpeg) aprobada en 2016. En su directiva se encuentra la vicepresidenta de Pdvsa, Maribel Parra (que ya está en Emiltra), y el ahora jefe del Gobierno del Distrito Capital, José Benavides Torres, entre otros oficiales.

Esta empresa petrolera, minera y gasífera tiene múltiples funciones como la rehabilitación y el mantenimiento de pozos, administración de taladros, apoyo logístico en las instalaciones petroleras, importación y distribución de productos para la industria minera, petroquímica, petrolera y gasífera; prestación de servicios de transporte, construcción y mantenimiento de obras y almacenamiento.

Para este ejercicio tiene un presupuesto de 270 millardos de bolívares y una meta: obtener 250.000 barriles diarios. Dicho objetivo se plantea cuando la industria petrolera está en crisis y la producción ronda los  2,1 millones de barriles diarios.

Camimpeg tiene un socio privado Southern Procurement Services (propiedad de venezolanos y registrada en el Reino Unido), y esta alianza firmó con Pdvsa en mayo un acuerdo para incrementar en 30.000 barriles diarios la producción de crudo en Campo Urdaneta (estado Zulia) y en lo que se invertirán 400 millones de dólares.

Sobre esta actividad, fuentes del sector petrolero acotan que no hay mayores precisiones. Este portal contactó a las empresas pero no hubo respuesta.

Los acuerdos se amplían al área minera y recientemente Camimpeg firmó un convenio con el despacho de Minería para “prestar servicios conexos con procesos mineros y actividades de producción de oro y gas”.

Agrícola

“Vamos a producir lo que consumimos y, luego que nos autogestionemos, vamos a llevar esa agroproducción para la seguridad alimentaria de nuestro pueblo”, expresó Carmen Meléndez en agosto de 2013 cuando aprobó Agrofanb.

Esta industria es clave en el conglomerado de la FANB. El despacho de Defensa en sus lineamientos indica que la agrícola “forma parte de la estrategia nacional para fortalecer el desarrollo integral y la economía nacional”.

De acuerdo con el plan de siembra notificado por el Gobierno a junio de este año, Agrofanb y la Corporación de Desarrollo Agrícola, tienen como meta sembrar 720.000 hectáreas de arroz, maíz, café y sorgo, para lo cual las autoridades aseguraron que ya tienen los insumos.

Agrofanb, que este año cuenta con un presupuesto de 1,7 millardos de bolívares, es la mayor beneficiada de los insumos para la siembra, de acuerdo con productores consultados. Su presidente, José Aguilera, también dirige Agropatria, la empresa nacionalizada hace siete años y que se encarga de vender a los agricultores semillas, agroquímicos, entre otros artículos.

Los productores añaden que el grueso de los beneficios es para Agrofanb, que a su vez tiene alianzas con privados como El Tunal, Agroinsumos El Granero, Asoguárico, etc. De hecho, en abril la directiva de la Asociación de Productores de Venezuela, admitió que con Agrofanb “se reafirma la trascendencia de las nuevas alianzas”. Algunas de estas empresas han recibido a través del dólar complementario (Dicom)  más de 400.000 dólares.

Mientras, los agricultores denunciaron que apenas pudieron adquirir 30 % de los materiales que requerían para el inicio de este ciclo de siembra.

Industria

En materia industrial, los militares importan y fabrican ropa, agua, artefactos eléctricos, muebles y hasta neumáticos.

En 2013, las autoridades anunciaron que la FANB tendría sus industrias, y en 2016 ello se materializó con el Complejo Industrial Tiuna I, que hoy dispone de 170 millardos de bolívares, y cuyas accionistas son: Cavim y el Grupo Atahualpa. Cuando arrancó sus operaciones, Padrino López apuntó que “esto es parte de la unión cívico militar, es un eje transversal en lo productivo, en lo educativo, en todo”.

Este complejo, de acuerdo con su decreto de creación, hace de todo pues fabrica y comercializa: agua mineral —que se reparte en las concentraciones oficialistas—, productos textiles; artículos de piel; serigrafía; artefactos electrodomésticos, muebles para el hogar y oficina; equipos médicos quirúrgicos; útiles y textos escolares, juguetes, utensilios de cocina; impresión, reproducción y afines; publicidad y propaganda”.

Este año se constituyó el Complejo Tiuna II para la siembra y cultivo de algodón, confección de uniformes militares así como prendas de damas, caballeros y niños. Y adicionalmente, se puede dedicar a la importación y exportación de rubros relacionados en el área de alimento balanceado para animales.

El Grupo Atahualpa, según el Registro de Contratista, ha tenido como actividad principal la comercialización de material publicitario, producción de textiles (chemises, franelas), afiches, bolígrafos, pendones, uniformes, imprenta digital, bolsas ecológicas,  gigantografías, diseño gráfico, bordado digital y estampado tradicional, estampado digital y estampados. Crónica.Uno contactó a su directiva y tampoco hubo respuesta.

Esta socia de la FANB ha obtenido por medio del Dicom 427.000 dólares.

Al Complejo Industrial Tiuna, se suma Neumalba, que tiene como propietarios a Camimpeg y Covencaucho. Su presupuesto no ha sido notificado por el despacho de la Defensa.

Su decreto de constitución indica que esta empresa se encargará de producir y comercializar todo tipo de cauchos, materias primas y equipos. Además prestará servicios de transporte. Esta industria está buscando alianzas con privados, señalan fuentes del sector.

En el sector automotor, la FANB tiene Automotores Ipsfa para la comercialización de vehículos Chery y Venirauto. Sin embargo, no hay detalles de sus operaciones.

La actividad militar se extiende hasta la impresión. En junio de este año, el Ministerio de la Defensa creó Imprefanb para “explotar el ramo de la imprenta, tipografía, litografía, elaboración de impresas, papelería, libros, revistas, tarjetería, trípticos, encuadernación”. También está industria importará equipos para las artes gráficas.

Tras esta estructura industrial, el economista José Manuel Puente apunta que:

“Los militares tienen industrias para beneficiarse de dólares preferenciales. De manera que unos grupos continúan participando de unos buenos negocios”.

Finanzas

El poder de la FANB va hasta las finanzas: seguros y bancos.

Desde 1956 los militares cuentan con Seguros Horizonte, que actualmente es la segunda aseguradora del mercado. Maneja gran parte de las pólizas del sector público. La información de la Superintendencia de Seguros revela que sus primas suman 77 millardos de bolívares.

Adicionalmente, está el Banco de la Fuerza Armada Nacional que también fue inaugurado durante la gestión de Carmen Meléndez para garantizar servicios “a la familia militar”. Tras su conformación, Maduro indicó que “será un poderoso banco”. A julio su cartera de créditos fue de 139 millardos de bolívares y los depósitos 303 millardos de bolívares.

Los militares disponen de su fondo de financiamiento, el Fondo Negro Primero, que este año recibió una asignación inicial de 2,4 millardos de bolívares. Este mecanismo no solo financia la Misión Negro Primero sino también varios de los proyectos que ejecutan las empresas militares. Con los recursos que maneja puede hacer operaciones financieras.

Comunicaciones

“Esta televisión tiene que ser para el país, para que se entere y puedan ver la hermosa obra que el Comandante Chávez logró al resucitar la doctrina de Bolívar en la FANB”, expresó Maduro cuando aprobó TVFanb.

A fines de 2013, la televisora comenzó sus transmisiones y opera como el resto de los medios públicos. En este 2017 el Gobierno gastará en ella 58 millones de bolívares.

Los oficiales cuentan con una empresa para ventas de equipos de telecomunicaciones que se conformó con recursos del Fondo Chino. Emcofanb ofrece equipos de telecomunicaciones e informática y también organiza eventos. Para este período dispone de 264 millones de bolívares.

Servicios

En el área de servicios, los militares tienen proveedoras de productos y agencia de viajes.

Desde 1996 el despacho de la Defensa tiene Inversora Ipsfa que provee productos y servicios a los oficiales, como la tarjeta de alimentación, mantenimiento de oficinas y comercialización de mercancías en consignación. La agencia de viajes data desde 1979. En las dos compañías se gastarán 4,7 millardos de bolívares.

Héctor Navarro asevera que “no significa que no existan oficiales muy destacados en áreas distintas de la militar y que pueden ser empleados eventualmente en otras tareas. ¿Pero alguien podría imaginarse a un ingeniero, por muy destacado que sea, comandando un batallón de tanques o una escuadrilla de Sukoi?”.

Más roles

A fines del primer semestre del pasado año el Presidente incrementó el papel de los militares en el manejo de la alimentación y a través de la Gran Misión Abastecimiento Soberano les permitió controlar la producción y la distribución de las empresas. Por tal motivo, las industrias están constantemente fiscalizadas.

A esa regulación se añadió la designación de 18 jefes militares para supervisar la fabricación de los artículos básicos y el nombramiento de oficiales para coordinar los mercados municipales.

Fuentes del sector privado apuntan que estos jefes militares, en casi un año, solo se han centrado en revisar la producción sin dar soluciones a los escollos que enfrenta la producción por el control de precios, las restricciones en el acceso de los dólares y la incertidumbre.

Este portal contactó al Ministerio de la Defensa acerca de las actividades económicas de la FAN, no se recibió respuesta.

Infografía: Milfri Pérez

Fotos: Ministerio de la Defensa/Agrofanb/Complejo Tiuna/Cristian Hernández

Empresas militares 17

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