Fuente: El Nacional
Iván Duque, presidente de Colombia, anunció este domingo el despliegue de cerca de 5.000 soldados en la convulsa región del Catatumbo, fronteriza con Venezuela, para combatir el narcotráfico y los grupos armados ilegales.
«Las tropas buscarán enfrentar la presencia de terroristas, de grupos organizados que quieren imponerse con la violencia en la segunda región con más narcocultivos del país», dijo el mandatario en un evento público en el municipio de Ocaña, al noroeste del país.
La nueva unidad castrense se sumará a los 2.000 policías y militares que fueron movilizados en abril para reforzar a los 6.000 efectivos que custodian la región limítrofe con los estados venezolanos de Zulia, Táchira y Apure.
«Son más o menos 5.000 soldados los que vienen a combatir los diferentes factores de criminalidad, el narcotráfico, la extorsión y el secuestro que imperan en la zona», indicó por su parte una fuente del ejército a la AFP.
El Catatumbo se lo disputan los rebeldes del Ejército de Liberación Nacional (ELN), disidentes de la desmoviliada guerrilla maoísta Ejército Popular de Liberación (EPL), bandas narcotraficantes y contrabandistas, por ser una zona de cultivos de hoja de coca y de salida de cargamentos de droga por Venezuela.
Los enfrentamientos entre estas organizaciones criminales han provocado el desplazamiento de miles de pobladores, así como un alza de homicidios selectivos y secuestros, aseguraron las autoridades.
Las relaciones entre Colombia y Venezuela, que comparten una porosa frontera de 2.200 kilómetros, están prácticamente congeladas desde el mandato del ex presidente colombiano Juan Manuel Santos.
Duque retomó las banderas de presión diplomática contra el gobierno de Nicolás Maduro que enarboló su antecesor, en medio de la llegada de miles de venezolanos a Colombia que huyen de la aguda crisis económica en su país.
Colombia, principal productor mundial de cocaína y en vías a superar un conflicto armado de medio siglo, ha reconocido su incapacidad de atender sola al millón de venezolanos que ha entrado a su territorio en los últimos años.
El gobierno de Venezuela, reacio a reconocer la crisis migratoria, ha acusado a Bogotá de ser parte de un supuesto complot para derrocar a Maduro. Colombia niega con vehemencia esos señalamientos.