Fuente: El Nacional, Isayen Herrera
Irene Olazo, esposa del ex capitán de la Guardia Nacional Bolivariana, Juan Carlos Caguaripano, que asaltó y sustrajo armas del Fuerte Paramacay en Valencia hace una semana y fue detenido el viernes por Polisucre, asegura que desde 2014 no sabía del paradero de su esposo, pero se atreve a afirmar que con su detención no se ha acabado con el movimiento cívico militar que él anunció en un video el pasado domingo.
Olazo denuncia que la persecución a Caguaripano está vinculada con denuncias y el seguimiento que el ex capitán hizo desde 2002 sobre la presencia de la guerrilla colombiana en territorio venezolano y se intensificó luego de pronunciarse en marzo de 2014 en un video criticando las políticas del gobierno, la presencia de guerrilleros y de grupos cubanos en el país.
Olazo, acompañada de los padres del capitán, Carmen Cecilia Scott y Juan Bautista Caguaripano, contó que en 2011 su esposo fue enviado al estado Amazonas en donde adelantó investigaciones en torno a la presencia de miembros de las guerrillas colombianas en el municipio Atabapo en el cual encontró campamentos en los que además había afiches del presidente fallecido Hugo Chávez, uniformes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y pistas de aterrizajes que presuntamente se usaban para transportar droga. Olazo señalan que pese a que se prometieron operaciones de las cuatro fuerzas para intervenir los campamentos, las acciones nunca se realizaron.
Este fue uno de los motivos por los que el capitán Caguaripano hizo un manifiesto en marzo de 2014 en contra del gobierno, asegura la mujer. Su esposa supo de la toma del Fuerte Paramacay a las 5:30 am del pasado domingo 6 de agosto. Cuando vio el video en el que habla Caguaripano, junto con un grupo de hombres uniformados, decidió hacer una maleta para buscar alojamiento en diferentes casas por temor al asalto de inteligencia militar en su casa. Asimismo, sus padres, sintieron alivio por ver la cara de su hijo en el video (el segundo, luego de la incursión al fuerte), luego de 3 años, y también manifestaron temor por las represalias.
Por otra parte, Caguaripano es padre de una niña de 3 años de edad que nació en Costa Rica, pero que no vio más desde que tenía 3 meses de nacida. Su esposa denuncia que luego de su manifiesto en el mismo 2014, a su hija intentaron secuestrarla en Caracas en la residencia donde viven sus abuelos y que la familia sufrió tres allanamientos. Denuncia además que cada cierto tiempo camionetas sin placas se estacionan en las adyacencias de sus viviendas para vigilarlos.
Hasta ayer al mediodía ningún familiar del ex capitán se atrevía a acudir a la Dirección General de Contrainteligencia Militar para verlo, por temor a ser agredidos. Olazo recordó que en 2014 fue detenido el capitán retirado Juan Carlos Nieto por funcionarios de Contrainteligencia Militar y que fue torturado. “Hacemos responsables a los entes policiales por el daño físico y mental del capitán y del compañero detenido. Cuando a Chávez lo presentaron después del golpe no tenía ni un rasguño”, dijo su padre. En las fotos de la reseña policial que divulgó el gobierno, Caguaripano, y el teniente Yefferson García Dos Ramos aparecen con la cara hinchada y enrojecida.
Casi una semana después de la toma del fuerte, el ex capitán fue detenido en una alcabala policial del municipio Sucre. “Mi esposo se dejó detener porque no iba a abrir fuego contra unos funcionarios que hacían su trabajo y son inocentes. Él no es asesino ni terrorista y estoy segura de que por eso no disparó a la policía para escapar porque esos delitos son los que él rechaza. Es un hombre de fe y por esos sus operativos tienen nombres bíblicos”, señala Olazo.