Maduro arremetió contra obispos que llevaron ayuda humanitaria a Mérida y defendió a militares que obstaculizaron la llegada de los insumos

Crédito Monitoreamos

El pasado 30 de agosto, la Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV), a través de un comunicado, denunció que la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y autoridades civiles hayan impedido el acceso de ayuda humanitaria enviada al estado Mérida, para atender a las personas afectadas como consecuencia de las lluvias.

De igual forma la CVE lamentó la actitud ofensiva que ha tenido los funcionarios con los representante de la iglesia y de otras instituciones que han apoyado el proceso de traslado de los insumos. E hizo un llamado a las autoridades nacionales, regionales y militares para que trabajen “al servicio de todos los venezolanos y no de una parcialidad política”.

Los religiosos han venido trabajando con el apoyo de Cáritas Venezuela y de diversas diócesis y arquidiócesis del país, en la recolección y envío de insumos para atender a las personas damnificadas por las lluvias.

“En estos días hubo una campaña dirigida por Obispos de la Iglesia Católica de los Andes, contra la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Una campaña verdaderamente miserable”, dijo Maduro en su alocución.

Maduro calificó a los religiosos como “bichos”, de no hacer nada por el pueblo, mientras indicó que los uniformados han trabajado continuamente en las zonas afectadas.

“De la Iglesia, de ahí de los Andes, un grupo de Obispos que ni lavan ni presta la batea, le hacen una campaña a nuestros muchachos, que ni duermen, ni ven a la familia. Y tienen 15 días metidos entre el barro, limpiando barro, levantando tierra, levantando piedra. ¡Salgo en defensa de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y pido respeto y apoyo al pueblo de Mérida y a la FANB. Basta ya de agresiones viles, miserables. Ni lavan ni prestan la batea. Lo que hacen es show!”, dijo Maduro.

“Lo único que sacan es el escándalo, de unos bichos con sotanas, unos bicharacos bien malos con sotanas, que ni lavan ni prestan la batea. Eso me indigna, que mientras se está trabajando, mientras estos muchachos arriesgan su vida y están trabajando,  están los bicharacos con sotanas echándole varilla al pueblo. Por eso el pueblo no los quiere, por el eso el publico los rechaza, por eso el pueblo no les va a las misas. Y nos los quieren (…)”..