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Fuente: El Nacional

La llegada de militares rusos al país constituye una “jugada geopolítica diseñada entre Caracas y Moscú para sus propios intereses”, afirmó Rocío San Miguel, presidente de la ONG Control Ciudadano.

Crédito El Nacional

A su juicio, el gobierno de Nicolás Maduro pretende utilizar ese hecho como trampolín para ganar visibilidad ante la comunidad internacional, “acariciando la idea de insertarse en una agenda de poderes imperiales, como los americanos y los rusos”, mientras que Rusia facilita esas acciones como elemento de negociación para posicionarse frente a los intereses que comparte con Estados Unidos en Europa y Asia.

San Miguel sostuvo que lo que debe preocupar de la llegada de aviones rusos es que haya sido con el propósito de introducir mercenarios o personal para entrenarlos en Venezuela, con el fin de utilizarse como fórmula mucho más potente de represión, de la que ya ha vivido la población a manos de la Guardia Nacional Bolivariana y la Fuerza de Acciones Especiales de la Policía Nacional Bolivariana.

“En una situación donde hay una máxima vulnerabilidad en la ciudadanía que protesta y resiste, la represión podría adquirir otro nivel con la utilización de mercenarios”, agregó.

Ante esa situación, aseguró que el gobierno se podría escudar en los pactos militares suscritos con Rusia en el pasado, por lo que considera que la Comisión de Defensa de la Asamblea Nacional debe buscar “esos acuerdos secretos” para conocer sus alcances.

Pese a no poder precisar la cantidad de materiales, equipos militares y hombres que hayan llegado el fin de semana en los aviones procedentes de Rusia, descartó de que ese personal tenga como finalidad prepararse ante una posible intervención militar, debido a que “un centenar de efectivos no constituye de ninguna manera una fuerza especial para confrontarla con Estados Unidos”.

 

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