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Fuente: El País/ JJ Gálvez

Los tribunales españoles frustran todos los intentos del exmilitar venezolano de anular su extradición a EE UU

Las balas se le agotan al escurridizo Hugo Armando Carvajal, El Pollo Carvajal, el exjefe de la contrainteligencia chavista que permaneció casi dos años huido de la justicia española tras aprobarse en 2019 su extradición a Estados Unidos. Tras su recaptura en Madrid el pasado septiembre, los tribunales han frustrado hasta ahora todos los intentos del exmilitar de anular su entrega al país norteamericano, donde se le reclama por narcoterrorismo. El gran varapalo llegó esta misma semana, cuando la Audiencia Nacional rechazó las últimas alegaciones presentadas por su defensa. Una decisión de los magistrados contra la que no cabe recurso y que no solo corta las alas al venezolano —que se encuentra encarcelado— para volar libre, sino que lo dejan al borde del embarque hacia EE UU.

Crédito Reuters

“Se rechaza el recurso de súplica presentado por Carvajal”, sentenció el pasado viernes la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, que acerca el final de una larga historia de fugas y engaños. Aun así, la abogada del exmilitar no desiste y, según informó Europa Press, presentará un nuevo escrito al tribunal para solicitar que se suspenda la extradición tras plantear una segunda petición de asilo. Una maniobra que llega después de que ya fuese rechazada la primera y después de que los propios magistrados acusasen a la defensa de desplegar una “estrategia dilatoria” para impedir la ejecución de las decisiones judiciales.

Porque el paso del exmilitar por España siempre ha estado lleno de enredos. Desde el principio. Uno de los muchos magistrados que ha estudiado su caso lo describe así: “El Pollo se parece mucho al comisario José Manuel Villarejo. No te puedes fiar”. El exmilitar, quien fuera hombre de confianza de Hugo Chávez y Nicolás Maduro hasta su salida de Venezuela tras romper con el régimen, aterrizó en 2019 en el país con un pasaporte falso a nombre de Adolfo José Mouriño. Reclamado por Washington, su disfraz apenas aguantó. Caería detenido a las pocas semanas y comenzaría entonces un proceso judicial que dio luz verde ese mismo año a su extradición, pero que quedaría interrumpido con su fuga —el venezolano se encontraba en aquel momento en libertad a la espera de conocer la decisión de la Audiencia Nacional—.

Carvajal se esfumó durante dos largos años. Hasta que se le volvió a capturar en Madrid este 2021. En ese momento, la maquinaria judicial se reactivó para ponerle rumbo hacia Estados Unidos, pero el exjefe de la contrainteligencia chavista contraatacó con toda una batería de recursos y alegaciones que han impedido su entrega. Estas maniobras han incluido recursos ante el Tribunal Supremo —que han fracasado— y una declaración contra Podemos, al que ha acusado de financiación irregular y sobre el que ha entregado documentación que, según él, prueban sus palabras —lo que provocó la reapertura de una causa contra el partido de izquierdas—. Alguien ha facilitado esos papeles a su defensa, puesto que la Audiencia Nacional lo mantiene encarcelado. No se fía de él.

Pese a las alegaciones de la abogada, en su resolución del pasado viernes, los magistrados de la Sala de lo Penal reiteraron que aceptaban las garantías ofrecidas por Estados Unidos de que El Pollo, que se enfrenta incluso a la cadena perpetua, no sufriría “torturas ni penas o tratos inhumanos o degradantes”. Por ello, la Audiencia Nacional ordenó comunicar de inmediato su decisión a la Subdirección General de Cooperación Jurídica Internacional y a la Interpol.

 

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