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Fuente: Efecto Cocuyo

El ministro de Información y Comunicación, Jorge Rodríguez, aseguró que las armas robadas del comando de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) en Petare, el pasado lunes 21 de enero, se utilizarán para impulsar “hechos de violencia y muertes” en la manifestación opositora de este jueves 23 de enero.

Crédito Archivo Runrunes

En una rueda de prensa este martes 22 de enero, el encargado de la cartera de Comunicaciones explicó que los militares detenidos “confesaron” le entregaron las armas de guerra a civiles de Voluntad Popular (VP), quienes fueron entrenados en la capital del estado Táchira, San Cristóbal, y la ciudad colombiana de Cúcuta para que “perpetraran los hechos de violencia y falsos positivos”.

Rodríguez añadió que la supuesta preparación de estas personas tuvo una duración de entre cinco y seis semanas.

El pasado lunes 21 de enero, un grupo de GNB ingresó al comando de ese componente militar en Petare de donde sustrajo varias armas. Para evitar una detención, los funcionarios supuestamente sublevados se refugiaron en el Comando Forestal de la GNB ubicado en Cotiza, municipio Libertador. A las 7:40 a.m los militares se entregaron a la Fiscalía.

Un grupo de vecinos rodeó la comandancia, lo que generó una acción represiva por parte de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), que lanzó gases lacrimógenos contra los manifestantes. Y una protesta que se mantuvo hasta horas de la noche del lunes.

Voluntad Popular

El ministro recalcó que la creación de “falsos positivos” incluía vestir a estas personas con uniformes Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb) que eventualmente dispararían mañana contra la manifestación para cumplir “las órdenes del vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence“.

Rodríguez señaló que se recuperaron 40 armas de las 51 que se sustrajeron. Otras 11 continúan en poder del partido que calificó como “célula terrorista“. Reafirmó que la tolda se encargó de la logística de la supuesta sublevación e hicieron llamadas telefónicas desde Perú. Comentó que los militares tenían planeado encontrarse con civiles de la resistencia.

Entre las personas contactadas por los militares, Rodríguez mencionó a “una periodista en Miami” que se mantuvo en contacto con el cabecilla del grupo.

 

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