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Fuente Efecto Cocuyo

En la tarde de este viernes, 23 de marzo, un grupo de trabajadores adscritos al Ministerio de Petróleo reclamaron mayores beneficios para contrarrestar los efectos de la hiperinflación,el pago de bonos pendientes y la renuncia del general Manuel Quevedo, pero fueron encarados por un piquete de funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) frente a los comedores de la sede de Petróleos de Venezuela, Pdvsa, en La Campiña, Caracas.

Crédito Efecto Cocuyo

“Maldito sea el soldado que dispara contra el pueblo”, gritaban los manifestantes a los efectivos que bloquearon el paso. Algunos, incluso, forcejearon con los uniformados. Sin embargo, ninguna autoridad de la empresa apareció.

La estatal venezolana ha reducido su producción a solo 1.588.000 barriles diarios de petróleo en febrero de este año, según indicó el propio Gobierno nacional a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep). Es una caída de al menos un millón y medio de barriles desde 1999, cuando la producción se ubicaba en 3.5 millones de barriles diarios.

Sumado a esto se encuentran las sanciones impuestas por Estados Unidos en agosto de 2017, que prohibieron a sus ciudadanos o instituciones participar en la compra de bonos emitidos por Venezuela o Pdvsa, para así negar financiamiento a la administración de Nicolás Maduro.

Y esta combinación de factores ha limitado el flujo de caja de la compañía, que ha mermado sus inversiones en el mantenimiento de las plantas de extracción y refinación, y terminó generando la caída de la producción y de los ingresos en divisas.

Todo esto mientras la industria acumula una deuda de al menos $40.000 millones, según reflejan sus estados financieros, y el Ejecutivo nacional reduce las importaciones de alimentos y medicinas.

Cada vez menos privilegios

Hoy el panorama no es nada alentador para los trabajadores del sector petrolero. Así lo considera el sindicalista Iván Freites, quien expresó vía telefónica a Efecto Cocuyo que el salario de los obreros de Pdvsa es de apenas 3 dólares al mes y sus beneficios laborales se han estado restringiendo.

“Nos quitaron el servicio de transporte y hasta nos aumentaron las horas de trabajo desde 8 a 12″, relató Freites. Además, según cuenta, existe un choque entre los trabajadores y los nuevos jefes militares encabezados por el general Manuel Quevedo, quien asumió la presidencia de la estatal y la cartera del Ministerio de Petróleo en noviembre de 2017.

“Cuando se hace una protesta inmediatamente quieren desacreditarla. Desconocen la materia petrolera, pero sí conocen la represión; y solo actúan con ella”, dijo el sindicalista en referencia a los nuevos directivos.

Mientras se desarrolla ese conflicto, Freites destaca que también se quiere suspender el servicio de comedores y reemplazarlo por un bono de alimentación equivalente a 500 mil bolívares. “Muchos trabajadores no tienen qué comer en sus casas; solo se alimentan con los que les ofrecen en esos comedores”, expresó con preocupación.

“Lo que falta ahora es que también nos restrinjan el acceso a los baños y nos dejen sin agua potable. Así sí que retrocederemos a 1936, cuando una huelga laboral exigió mejoras en las condiciones de salubridad”, concluyó.

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