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Fuente: Efecto Cocuyo

La Fuerza Armada Nacional (Fanb) informó que desactivó otro campamento de supuestos terroristas narcotraficantes que hacían vida dentro del territorio nacional, y que se dedicaban al sicariato y tráfico de sustancias estupefacientes y psicotrópicas.

Crédito: Efecto Cocuyo

La información que publicó el cuerpo castrense en su cuenta de Twitter reseña la incautación de 5.000 barras de explosivos de «fabricación militar colombiana» y más de 900 bombonas cargadas de explosivos.

«Los campamentos Tancol (terroristas armados narcotraficantes colombianos) están repletos de artefactos explosivos que utilizan para sembrar el terror. Nuestros explosivistas han desactivado cientos de explosivos caseros usados como trampas para aterrorizar al pueblo. La Fanb en su avance hacia el sur para la expulsión total de los terroristas colombianos captura campamento organizado para albergar a narcotraficantes».

Destaca la Fanb que esos materiales estaban puestos en árboles, caminos y debajo de los puentes. Sin embargo, el organismo no da cuenta de detenidos ni fallecidos ni habla sobre los enfrentamientos que ocurren en ese estado fronterizo.

Violencia desbordada

En contraposición a la versión oficial, el Observatorio de Derechos Humanos de la organización Fundaredes, destaca que el Consejo Legislativo del estado Apure -de absoluta mayoría oficialista- un mes después de iniciarse una guerra de guerrillas en la zona fue que emitió un comunicado en el que reconoce la presencia de “grupos subversivos irregulares en territorio venezolano”.

Denuncia que en diversas comunidades de la zona muchos jóvenes, mujeres, hombres e incluso niños, han sido forzados desde hace varios años a prestarle servicio a la guerrilla; «y ahora las disidencias de la Farc atacan a quienes han servido al ELN y viceversa».

«Y las autoridades acusan a los pobladores de ser colaboradores de la guerrilla. Sobre el fuego cruzado no hay información ni reportes oficiales, pese a que en la zona recientemente se movilizaron tropas del Ejército venezolano y otros cuerpos de seguridad. La información que se conoce, proviene de los medios de comunicación de Colombia que trabajan sobre los reportes del Ejército de ese país».

La organización dijo que -en medio de la ola de violencia generada por los enfrentamientos en Apure y Arauca- decenas de venezolanos continúan huyendo por la frontera entre su país y el departamento colombiano para seguir su camino a otras partes Colombia y de Suramérica, en un intento por escapar del hambre, la falta de atención en salud y la ausencia de oportunidades.

Indica que también por el Departamento de Vichada, etnias indígenas venezolanas cruzan la frontera para escapar de las amenazas de la guerrilla de reclutar a sus hijos menores de edad, y entrenarlos para el conflicto que sostienen ambos grupos guerrilleros.

La zona, además, ha sido sembrada de minas antipersonas, que a finales de enero cobraron la vida de dos productores agrícolas.

Las víctimas, tío y sobrino, fueron identificadas como Emil Antonio Rojas, de 43 años, y Jonathan Yilber Rojas, de 24 años, quienes residían en el barrio Flor de Apure, en la población de La Victoria, en la frontera del Alto Apure con Colombia.

Este 7 de febrero, hubo otro evento del lado de Venezuela. «Hubo un enfrentamiento por el lado del puente, no se sabe todavía bien si fue el ejército con la subversión o la misma subversión, se escuchó horrible aquí en el pueblo esas ráfagas de tiros, lamentablemente tuvimos una pérdida aquí, un muchacho de El Amparo, que una bala de aire que caía, le pegó en la cabeza, lo trajeron herido, pero murió en la medicatura». Así narró un ampareño  al medio Crónica.Uno este 8 de febrero.

Pasadas las 5:00 de la tarde del 7 de febrero, las ráfagas se hicieron sentir, cayeron en las casas y traspasaron ventanas. Una alcanzó al señor Marcos Veda, quien se encontraba en la avenida Raúl Leoni a escasos metros de la cancha Iván Rosales, en el casco urbano de El Amparo, reseñó el portal.

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