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Fuente: Venezuela al Día/ Bloomberg

El presidente Nicolás Maduro se enfrenta a las elecciones del 20 de mayo con un apoyo popular del 18%, según Datanálisis, pero ahora esta afianzando sus esperanzas de permanecer en el Poder en los militares, a quienes les ha otorgado los puestos más importantes de su gabinete.

Crédito Bram Ebus

14 de los 32 puestos en el gabinete están siendo dirigidos por militares retirados o activos. Los soldados han reemplazado a muchos de los 80 dirigentes de compañías petroleras estatales, a quienes Maduro ha encarcelado desde agosto por el delito de corrupción. Los puertos han sido militarizados y el Ministerio de la Defensa supervisa el suministro de alimentos de la hambrienta nación, se lee en el reciente reportaje de Bloomberg

Maduro busca rescatar la economía nacional con el ambicioso proyecto del Arco Minero del Orinoco, que los expertos lo llaman como el mayor “ecocidio” de la historia. Es decir, con la extracción a gran escala de oro y demás minerales.

Foto: Correo del Orinoco

“El Arco Minero del Orinoco es otra franquicia lucrativa otorgada por Maduro” a las Fuerzas Armadas Nacional Bolivariana (FANB), cuyos miembros ascienden a 160.000 en todo el territorio nacional- señala el reportaje- pero, desde que los uniformados tomaron el control, El Callao (estado Bolívar) se ha convertido en un valle de balas y sangre cada vez que los militares ingresan a los barrios o a las minas clandestinas, enfrentándose a jefes de pandillas y reclamando ingresos legales e ilícitos.

El 10 de febrero ocurrió en El Callao, el municipio más peligroso de Venezuela, la “masacre de Guasipati”, la más grande desde que se inició el “Arco Minero”. Ese día el ejército incautó armas, quemó vehículos y mató a 18 civiles, entre ellos una mujer. La mayoría de las víctimas presentaron disparos en la cabeza o en alguna parte de la cara, según las fotos de la policía y los certificados de defunción obtenidos por Bloomberg.

Ahora los mineros, ciudadanos de toda Venezuela que se arriesgan a incursionar en ese “jugoso” negocio debido a la falta de ofertas laborales que combatan los precios de la inflación, son extorsionados por todos lados, por las padillas y por los militares. “Tienes que pagar o te pueden meter en la cárcel” dijo un camionero que llevaba gasolina a las minas, y cuyo hermano de 34 años, Tigue, y su amigo íntimo Carlos Alfredo Brito estaban entre los muertos de la masacre de febrero.

El país tiene 1.300 nuevos generales y almirantes, por ello, los militares de alto rango controlan las industrias legítimas, los mercados negros y la seguridad nacional. Además, en 2016 Maduro otorgó a las fuerzas armadas amplios poderes de seguridad y les permitió crear una compañía que proporcionaría servicios de minería.

“Es un incentivo para la lealtad”, dijo Rocío San Miguel, presidenta del grupo de vigilancia Control Ciudadano en Caracas. “Es indicativo de dónde están las fuerzas del poder en Venezuela. El poder militar es hegemónico y tiene el control de todo. Controlan el territorio, controlan el sistema legal, las reglas, y tienen las armas”, la especialista agregó que el Arco Minero “es un área que funciona en un sentido completamente feudal”.

Las ganancias del negocio oficial

Con la caída en los precios del petróleo y con una economía en base a sus ingresos, sumado a las políticas estatales fallidas han provocado que el gobierno anhele los depósitos de oro que suman un total de hasta 8.000 toneladas, que sería el segundo más grande del mundo detrás de Australia.

El Arco Minero produjo 8,5 toneladas en 2017, mientras que Maduro espera aumentar la producción a 24 toneladas hacia fin de año, indicó el ministro de minería, Víctor Cano. Venezuela necesita desesperadamente un colchón para contrarrestar los efectos de la hiperinflación. Según el Fondo Monetario Internacional, el producto interno bruto del país caerá alrededor del 15% en 2018.

El Banco Central de Venezuela (BCV) está vendiendo oro para mantener a flote al país, reduciendo sus reservas de metal a $6,6 mil millones de casi $20 mil millones desde principios de 2012, según un informe del banco de inversión Caracas Capital Markets. “Venezuela ha estado funcionando con humo durante años y esperando que el tanque de reserva los ponga a salvo”, dijo Russ Dallen, socio gerente del banco.

Leer completo el trabajo de Andrew Rosati en Bloomberg

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