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Fuente: El Nacional 

La Fuerza Armada Nacional Bolivariana desplegó 232.000 funcionarios el 30 de julio dentro del Plan República en todo el país, pero no todos son militares ni están entrenados para mantener el orden público y menos ofrecer seguridad. Una parte integra grupos de colectivos. El ex ministro de Interior y Justicia, Miguel Rodríguez Torres, aseguró que los jefes militares fueron obligados a compartir con civiles la responsabilidad de la custodia de los centros electorales lo que, a su juicio, desvía del papel constitucional de la FANB.

Rodríguez Torres habla a escasas horas de que se instale la asamblea constituyente. “La ANC, que debería llamarse ‘congreso del PSUV’, abrirá las puertas a la era más oscura de la historia democrática porque nació ilegítima; de una interpretación maniquea de la Constitución y sin consultar al pueblo. Además, es innecesaria porque no resolverá los problemas. Generará un aislamiento internacional, más persecución, y desintegrará la institucionalidad para hacerla a imagen y semejanza del gobierno. La lista de ‘constituyentes’ ya estaba hecha. Hubo un reparto entre los factores de poder y quienes se postularon pecaron de ingenuos. Si el triunfo de 8 millones fuera cierto, Maduro actuaría de manera magnánima. Salió a amenazar, lo que demuestra que esos números son falsos”.

Lamentó que Adán Chávez, la hija de Hugo Chávez, María Gabriela, y el yerno Jorge Arreaza apoyen el “entierro del legado de Chávez”.

“Hay que ver por qué se mantienen allí. Al igual que Chávez, en lugar de un interés, me quedo con mis principios. Ellos se quedaron con sus amigos, con sus panas, con un poder circunstancial. Ese (Arreaza) se cree la reencarnación del Che, pero destruye el ambiente con el Arco Minero. Eso sí es traición al legado de Chávez”.

De concretarse la amenaza de liquidar a instituciones incómodas, calificó de “error político” destituir a la fiscal Luisa Ortega. “Ella cuenta con el chavismo crítico, disidente, democrático”.

—¿Qué se siente ser perseguido por un gobierno que apoyó?

—No tengo información de que me busquen. Sí hay una persecución, una descalificación permanente. Quieren verme como ‘el gran conspirador militar’.

—¿No conspira?

—La historia de Venezuela demuestra que los militares retirados difícilmente pueden coordinar o conducir conspiraciones.

—A la FANB se le acusa de “proteger a la dictadura” en lugar de cuidar a los ciudadanos, ¿qué harán ahora con la constituyente?

—No toco el tema militar porque lo meten preso a uno por “conspiración”. Sin embargo, sé que la FANB pasa por una situación crítica. Hay una desconexión del alto mando y cuadros medios; una cosa son sus discursos y otra lo que ocurre en los mandos medios y superiores.

—¿Aceptarán la presión de quienes piden que defiendan la Constitución?

—Hay malestar. Varios profesionales me informaron que los hicieron coordinar con grupos armados de civiles para proteger los centros electorales de sectores urbanos a través de la Milicia. Un oficial, que toma decisiones, se siente ofendido porque las armas son de la República. Su obligación es hacer cumplir la ley y dar seguridad. Otros han denunciado la situación de los cuarteles. Las tropas han disminuido porque resulta difícil la manutención.

—El Ceofan anunció que el 30 de julio usaría Fuerzas Especiales, ¿por qué dejaron la seguridad a los milicianos?

—Es que no hay suficiente tropa para hacer un Plan República tradicional ni la logística. Sería interesante entrevistar a 10 oficiales que entraron a los centros y digan la verdad.

—¿Entregaron uniformes y armas a civiles?

—La información es que un grupo de personas armadas recibió uniformes de la Policía Nacional. No es información procesada, pero hay suficientes videos y elementos que demuestran que grupos armados, medianamente uniformados, amedrentaron a la gente en sus casas y se pasearon por centros de votación. El alto mando debe reflexionar y volver a institucionalizar el uso de las armas.

—¿Ningún oficial apeló al derecho constitucional de desobedecer una orden ilegal?

—La FANB tiene tres pilares: disciplina, obediencia y subordinación, así que a un activo le cuesta romper esos preceptos por su formación. En cuanto al ‘reclamo’, siempre he dicho: No esperemos un mesías ni un golpe militar porque luego no sabemos qué puede ocurrir. No creo en salida militar. La salida es política, electoral, racional y para ello los ciudadanos deben forzar la barra. Luego, en un gobierno post Maduro, habrá que ver qué hacer con la FAN.

Crédito El Nacional

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