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Fuente: Edgar López, El Nacional 

El general retirado del Ejército Gonzalo García Ordóñez, ex jefe del Comando Unificado de la Fuerza Armada Nacional, también está convencido de que ni Padrino López ni los militares en general están preparados para afrontar con éxito la escasez. “Padrino debe cuidarse de la intención del PSUV de deslastrarse de responsabilidades, para luego decir que los culpables son los militares. La clase gobernante corrupta, que incluye a varios militares de alta graduación, –enfatiza García Ordóñez– solo está tratando de aminorar el costo del abuso de poder que ha cometido”.

Crédito: Archivo La Patill

Crédito: Archivo La Patill

Agrega que específicamente en materia de alimentación existen denuncias formalizadas ante el Ministerio Público contra el mayor general del Ejército Carlos Osorio, por presuntas irregularidades en la administración de fondos públicos. “Osorio manejó ingentes recursos y no hay comida”, razona.

La abogada Rocío San Miguel, directora de Control Ciudadano, relativiza el poder que se le ha otorgado a Padrino López: “Está por verse de qué es capaz, tomando en cuenta la gran fragmentación que existe dentro de la institución militar. Maduro enfrenta el drama de no tener ni el carisma ni el dinero que le sirvieron a Chávez”, afirma la analista.

“Y el presidente, como en las religiones, tiene que apelar a los símbolos. Cuatro soles son un símbolo poderoso. Sin embargo, Padrino no es, ni remotamente, Chávez; no tiene un liderazgo hegemónico en la organización castrense. A su favor tienen una gran disciplina para el trabajo, pero en su contra haber actuado como un operador del PSUV”, agrega.

San Miguel asegura que la casta militar se está preparando para un relevo en la Presidencia de la República por dos razones: “Un militar pasa a retiro a los 52 años y ante una inminente transición debe salvar el pellejo; y, en segundo lugar, porque temen ser judicializados. Muchos tienen cuentas pendientes: delitos graves contra los derechos humanos como ejecuciones extrajudiciales, detenciones masivas y asesinatos, así como corrupción y narcotráfico”.

El análisis del sociólogo Rafael Uzcátegui, coordinador de Provea, es similar al de San Miguel: “Los militares pueden desempeñar un papel decisivo en la actual encrucijada del país. La gran pregunta es cuánta inmunidad se le va a dar para que no obstaculice la transición. Existe el riesgo de impunidad sobre ilícitos que han ocupado a las  autoridades más allá de Venezuela”. La llamada lista negra de militares investigados en Estados Unidos es un ejemplo concreto.

Uzcátegui también advierte que no solo se trata de poder político: “Padrino y los militares que lo acompañen en este Comando de Abastecimiento Soberano y Seguro tendrán mayor acceso a divisas preferenciales para importar los productos que escasean en el país. Y según lo han admitido los propios administradores del chavismo, los dólares fáciles han sido la mayor fuente de corrupción en los últimos años”.

Para la tarea asignada a Padrino, no bastaría la idea del hombre fuerte, pues se trata de un paradigma cuestionado por la mayoría de los venezolanos, acota Uzcátegui. Recuerda que a través de un sondeo de Datanálisis, realizado en abril de 2016, 56% de los encuestados manifestó su rechazo a las FANB.

Uzcátegui suma dos elementos que considera amenazas: 1) hay un estado de excepción genérico que permite todo tipo de arbitrariedad; 2) está vigente la resolución 008610, precisamente suscrita por Padrino López, que autoriza a todos los componentes de la FANB a utilizar la fuerza letal en la represión de protestas. “Pero la aplicación de manu militari es una estrategia de intimidación que no alcanza para apaciguar el descontento de la mayoría de los venezolanos con el madurismo, e incluso con el chavismo”, concluye.

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