comparte

Bogota. Correos interceptados dieron la certeza de la muerte de Tirofijo. En algunos de los mail los mandos medios de las FARC discutían quién sería el mejor candidato para asumir el lugar de Manuel Marulanda. A las 5:00 pm del sábado, cuando el segundo comandante de las Fuerzas Militares, almirante David René Moreno, retó a las FARC para que entregaran pruebas de que Pedro Antonio Marín no estaba muerto, el alto mando ya tenía en su poder el comunicado de la guerrilla en el que se confirmaba el deceso de su fundador y máximo jefe. Los militares estaban seguros de que el aviso del grupo subversivo se daría en cualquier momento, debido a que el mensaje (que fue interceptado) fue uno de los elementos clave para que el viernes en la noche se diera por un hecho la desaparición de Manuel Marulanda Vélez. El cuarto hombre de las FARC, Rodrigo Londoño Echeverri, alias Timochenko, dio finalmente el domingo la noticia. En su intervención destacó que Marulanda murió naturalmente, por un problema cardíaco. Primera pista. La información sobre Tirofijo comenzó a llegar desde comienzos del año, a partir de una operación militar en el sur del país. En el transcurso de la operación, lanzada en febrero por la Fuerza de Tarea Omega contra Marulanda y Jorge Briceño, alias el Mono Jojoy, entre la región del Coreguaje y el sur de Uribe (Meta), los guerrilleros que desertaron dieron pistas del lugar por donde se estaba moviendo el jefe de las FARC. Para el 14 de mayo, una segunda versión, entregada por un informante, alertó aún más a los hombres de inteligencia, que aparte de monitorear el área lograron la primera interceptación de un correo electrónico en el que un integrante del estado mayor central discutía con otro guerrillero -que no fue identificado- qué era lo que le convenía más a las FARC: si la mano dura de Jojoy o la línea de Alfonso Cano. Con las dudas por la posible muerte de Tirofijo, el general Mario Montoya designó un grupo especial de inteligencia para que manejara el tema las 24 horas del día. Así empezó la recta final para llegar a la verdad sobre el paradero de Marulanda. Entre el martes 20 y el viernes 23 de mayo los militares tuvieron 90% de certeza. Interceptado Cano. Un segundo correo se lo envió Alfonso Cano al Mono Jojoy, en el que le preguntaba sobre “cómo se sintió la gente con la noticia”, seguido de un “me voy a hacer a un ladito de mi casa porque estoy sintiendo a la gente muy encima…”. A este correo Jojoy le respondió: “H.p. la cosa…, durante unos días voy a estar muy callado…”. Para el jueves 22 se sumaron tres interceptaciones más de guerrilleros en Tolima y Magdalena Medio que celebraban la designación de Pastor Alape como nuevo suplente para el secretariado. En estas horas, el comandante de las Fuerzas Militares, general Freddy Padilla le informó al ministro Santos lo que ocurría, quien dio la orden de tratar de verificar la información a como diera lugar. La confirmación llegó sobre las 5:00 pm del viernes, cuando la inteligencia militar conoció el comunicado de Timochenko. El sábado en la mañana hubo otra interceptación a alias Cancharina, un jefe del Magdalena Medio, en el que le decía: “…Eso es concreto, murió el 26 de marzo de un paro cardíaco. Eso hay que decírselo a la gente, en reemplazo de él queda el camarada Alfonso Cano”. Lo cierto es que, después de confirmada la noticia, el cerco que las Fuerzas Militares le tendieron a Marulanda lo tuvo en precarias condiciones los últimos días de su existencia. De hecho, en uno de los últimos correos que le envió a Alfonso Cano le decía que estaba viendo “al diablo sin cachos y sin cola”. Fuente: El Nacional. Mundo/14

comparte