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El mayor general Cliver Alcalá Cordones, hombre de confianza del fallecido presidente Hugo Chávez, sacudió la cúpula del régimen bolivariano de Caracas esta semana al declarar lo que muchos militares chavistas piensan, pero que no se habían atrevido a decir públicamente: Nicolás Maduro está destruyendo el legado bolivariano.

Crédito Saúl Rondón El Nacional

Crédito Saúl Rondón El Nacional

Las declaraciones, vistas como un desafío a la autoridad de Maduro por parte de uno de los antiguos apóstoles de Chávez, dan muestra del progresivo desmoronamiento interno del chavismo, dada la incapacidad de Maduro de abordar lo que ya es visto como la mayor crisis económica en la historia del país, dijeron analistas.

El pronunciamiento de Alcalá se produce poco después de que Maduro se abocara a cerrar arbitraria e ilegalmente el último mecanismo constitucional para removerlo del poder, declarando que no se realizará el referendo emprendido por la oposición para sacarlo del poder a través de los votos, anuncio que le ganó el calificativo de “dictadorzuelo” por parte del Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro.

“Esa es la razón por la que vimos a Maduro salir con las declaraciones donde dice que va a cerrar la Asamblea Nacional y que no va a haber referendo revocatorio. El tipo dijo, yo me afianzo y de aquí solo me sacan [a trancazos]”, dijo un ex alto funcionario del gobierno venezolano que habló bajo condición de anonimato.

Las declaraciones de Alcalá, además de denotar la percepción de que Maduro se encuentra en una posición de suma debilidad, buscan enviarle un mensaje de un importante sector del chavismo, agregó la fuente.

“Le están diciendo, señor, eso no es aceptable. Usted no va a convertir al país en una zona de combate porque simplemente usted se quiere quedar […] es mejor que usted vaya al referendo, mida sus fuerzas allí, y si pierde, usted tendrá la oportunidad de irse como un demócrata, como un señor que aceptó las reglas del juego, perdió y se fue, que es mejor que si te sacan a la fuerza y quedas como un dictador derrocado”, agregó.

En una entrevista con el canal Globovisión, Alcalá dijo estar muy descontento con la situación del país, al extremo de votar contra Maduro en un referendo, calificando el proceso electoral como una de las pocas fórmulas disponibles para evitar un “enfrentamiento del pueblo contra el pueblo”.

“Por supuesto que estoy descontento con la situación de hoy y tiene que haber un referendo revocatorio, porque a veces los líderes se equivocan, pero los que no se equivocan son los ciudadanos. Yo votaría por el revocatorio contra Maduro y realmente da tristeza ver tantos atropellos contra la gente […] dejen que la gente se exprese”, afirmó en la entrevista transmitida el miércoles.

Alcalá acusó a Maduro de administrar muy mal el legado chavista y aseguró que muchos funcionarios del gobierno “están convencidos de eso, solo que no lo pueden decir”.

Pero el Mayor General retirado aseguró que sus comentarios no significan que abandonó el movimiento creado por Chávez, asegurando: “Yo soy chavista, nací y moriré chavista”.

Alcalá también criticó al gobierno de Maduro por los altos niveles de corrupción presentes en el gobierno y criticó a algunos de los funcionarios cercanos al ex presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello.

Las declaraciones de Alcalá dejan entrever la existencia de un nuevo bloque interno del chavismo que considera necesario que Maduro salga del poder para poder preservar el legado de Chávez.

Otros bloques que previamente han dejado entrever que ya se están preparando para un futuro Post-Maduro incluye el bloque de los oficiales que acompañaron a Chávez en los intentos del golpe de Estado de 1992; otro encabezado por el ex ministro de Relaciones Interiores, Miguel Rodríguez Torres, en el que también está vinculado Cabello, y un tercero encabezado por el gobernador de Aragua, Tarek El Aissami.

No obstante, la mayoría de estos grupos siguen brindando respaldo a Maduro en público, a diferencia de Rodríguez Torres, quien ha adoptado una retórica a favor de sostener conversaciones con la oposición para forjar una especie de gobierno de unidad nacional.

El problema es que Maduro parece haber tomado un camino que imposibilita que esa salida se produzca a través de mecanismos institucionales, al llevar al Tribunal Supremo de Justicia, órgano que controla totalmente, a desmantelar jurídicamente a la Asamblea Nacional y a tomar medidas para evitar la realización del referendo revocatorio.

“Maduro cerró todas las salidas institucionales. Tal como están las cosas, ya no hay salidas institucionales”, dijo desde Miami el asesor político Esteban Gerbasi.

“Cuando tú desconoces la Asamblea Nacional e inclusive anuncias que la vas a desaparecer; cuando tú ya controlas los otros poderes, y no permites la separación de poderes; cuando tú desconoces la Constitución, y luego pasas a desconocer el organismo internacional al que estás inscrito (OEA), te encuentras que en el cuarto ya no quedan puertas constitucionales por cerrar porque ya todas están cerradas”, explicó.

Fuente: Antonio María Delgado,El Nuevo Herald

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