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Miami. Soldados de la Guardia Nacional de Venezuela custodian la planta de CEMEX en Pertigalete, luego que el gobierno tomara control de las filiales de la cementera mexicana. Una semana después de haber expresado su abierto apoyo a la invasión de tropas rusas a Georgia, el presidente Hugo Chávez ha dejado en claro que está dispuesto a utilizar la fuerza de los tanques para enfrentar a opositores y a empresas privadas, luego de sacar el ejército a la calle para aplacar la disidencia en el estado central de Guárico e intervenir compañías y medios con fuerzas de asalto esta semana. Unos 200 soldados y varias tanquetas de combate ocuparon el lunes las calles de la localidad de San Juan de los Morros, capital del estado Guárico, para participar en el cierre de dos emisoras de radio que presuntamente operaban ilegalmente. El martes por la madrugada centenares de efectivos de la Guardia Nacional ocuparon las instalaciones de la cementera mexicana Cemex en Maracaibo para su nacionalización. Y desde el lunes contingentes de la Guardia Nacional participaron también en el decomiso de alimentos de consumo masivo en varios supermercados de Caracas, que supuestamente se vendían a precios excesivos. Según una denuncia del gobernador de Guárico, Eduardo Manuitt, ex chavista y ahora opositor del Presidente, el mandatario ordenó el envío de una unidad del Ejército con armas largas para apoyar a funcionarios del Consejo Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL) en el cierre y la confiscación de equipos de transmisión de dos emisoras de FM, un hecho sin precedentes. Las tanquetas y los soldados causaron “momentos de miedo y pánico” en la capital de Guárico, denunció Lenny Manuitt, hija del gobernador y candidata a sucederlo en el cargo. La CONATEL informó que las emisoras clausuradas utilizaban “las frecuencias del espectro radioeléctrico sin contar con la debida habilitación administrativa y concesión”. También indicó que concederá 15 días a los afectados para “resguardar el derecho a la defensa y al debido proceso”. La militarización temporal de Guárico coincidió con otra intervención militar el martes en Maracaibo por la Guardia Nacional, que apoyaron a cuatro jueces y funcionarios de la petrolera estatal PDVSA en la expropiación de la cementera Cemex, de capital mexicano, el martes por la madrugada. No se reportaron hechos de violencia en ninguno de los despliegues armados. La estatal Agencia Bolivariana de Noticias informó en un escueto boletín de las confiscaciones pero no explicó las razones de la presencia militar. La intervención armada se produjo un día después que Chávez presidió un acto proselitista en Guárico, donde presentó a los candidatos locales del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Significativamente, el Presidente dijo en el evento que de ahora en adelante “les enseñaré a la oposición que en Venezuela quien manda es Chávez”. Chávez criticó al gobernador disidente Manuitt, acusándolo de “terrateniente” y ‘‘contrarrevolucionario”, y amenazó con militarizar la policía regional. En respuesta, Manuitt dijo que el despliegue militar y el cierre de las emisoras tiene el objeto de “favorecer la candidatura oficialista” del ex ministro William Lara, que aparece “en todas las encuestas como perdedor”, y debido a que ambas emisoras se oponen al a candidatura de Lara. Los eventos de despliegue militar para apoyar acciones eminentemente civiles no tienen precedentes, según expertos, y se producen dos semanas después que el presidente Chávez aprobó un polémico paquete de 26 leyes mediante poderes especiales, entre ellas la nueva Ley de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. “Chávez está usando a la Fuerza Armada Nacional (FAN) como último recurso para controlar la sociedad y crear una ruptura en el sistema que le beneficie”, declaró a El Nuevo Herald Rocío San Miguel, analista militar que preside Control Ciudadano, una organización no gubernamental que monitorea el sector militar en Venezuela. Según San Miguel, “esta instrumentación de la FAN por parte de Chávez, utlizando militares para expropiaciones, para tomar emisoras radiales, para el decomiso y venta de artículos en los automercados, es una exhibición del modo en el que se usará a los militares en el futuro”. Por otra parte, aseguró la experta militar, estas nuevas atribuciones de contraloría de la sociedad conferidas por el gobierno a los militares “no están expresadas en ninguna ley”. Los hechos se producen días después que Chávez aceptó públicamente la visita de una flota de la armada rusa a Venezuela. “El gobierno ruso tiene la intención de llevar una flota al Caribe. La flota rusa será bienvenida en las aguas venezolanas”, dijo Chávez el viernes pasado en una alocución por televisión. Venezuela ha firmado contratos de compra por más de $4,000 millones en armas rusas, como helicópteros, misiles, aviones de combate Sukhoi, municiones y submarinos. Fuente: El Nuevo Herald CASTO OCANDO

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