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06/04/08. Caracas. En cuarto y quinto año aumentan los contenidos de carácter castrense. Funcionarios del ME afirman que hay una mala interpretación, pero expertos advierten que hay una visión cuartelaria. El aprendizaje de contenidos relacionados con la Fuerza Armada Nacional será más intenso a medida que los estudiantes del Sistema Educativo Bolivariano asciendan de nivel. Cuando porten camisa blanca, en primaria, poco conocerán del mundo de los uniformados, pero el cambio a la chemise azul significará que empezarán a empaparse de su responsabilidad en la defensa integral del país. Desarrollar en los alumnos “conciencia histórica, sentido de pertenencia en el ejercicio de la soberanía nacional, como deber y derecho indeclinable ante las posibles amenazas y riesgos de orden externo e interno que puedan limitar la auto determinación de la nación venezolana”, es una de las finalidades del área de Ciencias Sociales y Ciudadanía que está plasmada en el nuevo currículo. “Somos un país de paz, y formar contra un enemigo es muy peligroso. El Presidente siempre recuerda quién es el enemigo externo, pero ¿quién es el interno?”, reflexiona Robert Rodríguez, profesor que trabaja en el departamento de Sociología de la Educación del Instituto Pedagógico de Caracas. Los conceptos de soberanía, conciencia histórica y sentido de pertenencia se verán desde el primero hasta el último año de secundaria, con la diferencia de que, al lucir la prenda beige, en cuarto y quinto año, esos temas se multiplican. Maigualida Pinto, directora general de currículo del Ministerio de Educación, negó a través de una nota de prensa las críticas en este sentido: “Se argumentó que lo militar en este nuevo documento provenía del pensamiento zamorano cuando, en realidad, Zamora en el currículo representa parte de las orientaciones sociológicas, donde los principales postulados son la equidad y la solidaridad. Ahora se quiere hacer ver, a través de análisis errados, que existe una tendencia militarista, lo que es completamente falso”. El profesor Alexis Campos, director general de Liceos Bolivarianos del ME, afirmó que con el nuevo currículo “se está haciendo una mala interpretación. Cuando hablamos de defensa de la nación, nos estamos refiriendo a la creación de valores patrióticos que fortalezcan nuestra soberanía e identidad nacional”. Ante el argumento del ME, Tulio Ramírez, director del Programa de Doctorado en Educación de la Universidad Central de Venezuela, asegura que hay que responder con cifras. Como ejemplo indica que en cuarto año, mención Ciencias Naturales, 10 de 14 contenidos son de carácter militar en el área de Ciencias Sociales y Ciudadanía. “La terminología que utilizan no tiene nada que ver con la formación de ciudadanía. En lugar de enseñar mecanismos de resolución de conflictos en democracia, prevalecen esos contenidos y reflejan la visión militarista del Presidente. Esto es muy peligroso en democracia. Hay una visión cuartelaria de la educación”, afirma. Ruth Díaz, directora de la escuela de Educación de la UCV, encuentra contradicciones en los aspectos cualitativos. Refiere que se mantienen cuatro pilares, como lo propone la Unesco, aunque con nombres y contenidos diferentes. La organización internacional –explica– promueve la búsqueda de la tolerancia, la integración y el respeto a la diversidad. “Si esos son los principios orientadores, ¿dónde cabe el término enemigo? No cabe. Entonces no es un problema de interpretación”. Díaz agrega los efectos de esta formación: “Este tema es muy complejo y las consecuencias pueden ser muchas. Yo creo que las más graves ya no están en el currículo: las estamos viviendo hoy. Si queremos enseñar ciudadanía, tenemos que enseñar los poderes públicos y la importancia del respeto de la ley, pero estamos discutiendo una reforma que contraviene la ley”. Experiencia previa. Rodríguez explica que al principio de los ochenta empezó a estudiarse con carácter experimental Instrucción Premilitar, hasta que en este Gobierno se hizo obligatoria en bachillerato. Recuerda que se trabajaba la seguridad y defensa, algo de orden cerrado, el papel de la FAN y la geopolítica. Sin embargo, los movimientos de emancipación y guerras civiles no estaban establecidos. “¿A qué nos estamos refiriendo? –se pregunta–. Puede que ahora sea legítimo que organizaciones que aparentemente luchan por la emancipación, como la ETA o las FARC puedan ser consideradas, en vez de terroristas, con otra valoración. ¿Será prudente y ético que a nuestros jóvenes los metamos en estas diatribas? Yo tengo mis dudas”. Aclara que antes era una asignatura puntual: “Ahora el militarismo entra en gotas desde primaria y son contenidos que se repiten en todos los años de bachillerato. Esto, en manos de maestros fundamentalistas sería muy peligroso”. Fuente: El Nacional. Educación y Sociedad/2 Mariela Hoyer Guerrero mhoyer@el-nacional.com

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