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Caracas. Prevén mejoramiento de las relaciones binacionales. Analistas dicen que el presidente venezolano decidió no opinar sobre la muerte de Marulanda porque no le conviene en el escenario internacional. Las FARC afrontan una encrucijada. “Manuel Marulanda, mándanos a Ingrid. Te lo pido en nombre de estas mujeres; de Yolanda Pulecio, que se parece a María Magdalena. Cuándo lo impongas, en las condiciones que consideres posibles, que liberes a Ingrid Betancourt”. El 9 de marzo de este año, con ese trato cercano como el que se usa con un viejo amigo, fue la última vez que el presidente Hugo Chávez se dirigió públicamente al máximo líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Tres días después de que la guerrilla confirmara la muerte de Marulanda, el Gobierno venezolano ha optado por la discreción en vez de expresar condolencias, minutos de silencio o celebraciones. Luego de la muerte de Raúl Reyes en el bombardeo al campamento guerrillero en el que se encontraba en Ecuador, Chávez pidió un minuto de silencio por su muerte. La acción levantó fuertes críticas en la oposición local y el rechazo inmediato del Gobierno y el pueblo colombiano. Esta vez, la decisión ha sido no opinar, lo que para analistas significa una salida prudente tomada desde la reflexión. “Quiero ser optimista y creer que Chávez empieza a oír a la oposición y a ser prudente en la política internacional y por eso decidió guardar silencio. Una lectura más pesimista de esto es que el Presidente está temeroso de opinar porque es incapaz de controlar el verbo y decir algo que lo meta en problemas”, dijo Félix Arellano, profesor de Estudios Internacionales de la UCV. La internacionalista María Teresa Romero justifica el silencio gubernamental a una razón estratégica para mejorar su imagen en la región, además adelanta que no cree que Chávez se dirija públicamente al sucesor de Marulanda, Alfonso Cano, con la misma familiaridad. “En el ámbito internacional el gobierno de Chávez está debilitado debido a los cuestionamientos por sus nexos con la guerrilla, y por su política de expansión revolucionaria, también está contra la pared en el plano interno, por eso llegó a un punto en que todo lo que decida de ahora en adelante será más moderado. Tampoco tendrá la misma actitud con Cano que tuvo con Marulanda, si tienen relaciones lo harán de forma encubierta”, puntualizó Romero. En la cumbre de Unasur, el presidente venezolano se acercó a su par colombiano y le aseguró que no había financiado a las FARC. Ambos analistas sostienen que si Chávez mantiene esta actitud prudente podrá facilitar el entendimiento con el gobierno de Uribe y propiciar el mejoramiento de las relaciones. Fuente: El Nacional. Mundo/14 Marian Marval Díaz

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